Las consecuencias del éxodo rural
La escuela de Pozuelo de Tábara no abrirá sus puertas el próximo curso escolar por falta de niños
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
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Iglesia parroquial, en cuto interior destaca un retablo barroco. |
A pesar de contar con buenas comunicaciones con la capital zamorana, de la que la separan menos de 40 kilómetros, Pozuelo de Tábara echa en falta industrias que puedan cambiar la tendencia negativa que registra desde hace algunos años su censo municipal.
El 80% de la población de esta localidad son jubilados que disfrutan ya de sus pensiones, mientras que tan solo diez familias se dedican a la explotación ganadera, fundamentalmente de caprino y ovino.
No obstante, la población cuenta todavía con algunas empresas ubicadas en la zona. Es el caso de un taller mecánico y de un fábrica de setas. Esta industria se dedica a la recogida, selección y rayado de las setas, que se encuentran en la zona, aunque no realizan su envasado. Con estos datos, el alcalde de Pozuelo de Tábara Jesús Andrés Tomás Pino, reconoce que el principal problema que sufre el pueblo es el envejecimiento, agravado por un importante éxodo rural.
Esta tendencia negativa también tiene consecuencias en los servicios que la localidad dispensa a sus vecinos. Es el caso de la educación, ya que el colegio de Pozuelo de Tábara no abrirá sus puertas el próximo curso, «dada la escasez de niños que sufre el municipio», por lo que los pocos estudiantes que aún residen en la localidad tendrán que hacer uso del transporte escolar para acudir al colegio de la población cercana de Tábara, a solo 7 kilómetros.
En sanidad, un médico pasa consulta dos veces por semana en el consultorio médico de Pozuelo, un servicio que el alcalde de este municipio considera «suficiente» para la población que aún reside en la zona.
También el Ayuntamiento intenta mejorar las condiciones de vida de sus vecinos mediante distintas obras municipales. Antes de las próximas navidades, el equipo de Gobierno de Pozuelo de Tábara pretende comenzar las obras de acondicionamiento y mejora de su alumbrado público, que estarán subvencionadas por los fondos aportados por los planes provinciales y por las propias arcas municipales.
Además de estos proyectos, el Ayuntamiento no duda en reivindicar otras iniciativas que, en su opinión, deben partir de las distintos instituciones. Es el caso de las carreteras que unen Pozuelo con el resto de pueblos de la comarca de Tábara. «Nuestras comunicaciones con otras poblaciones están muy mal, hemos hecho llegar nuestra preocupación a las administraciones y la respuesta es que no hay dinero para llevar a cabo las mejoras necesarias. Es una pena porque los vecinos son los que pagan las consecuencias de esta gestión», subraya el alcalde de Pozuelo de Tábara.
Señas de identidad
Con independencia de todas estas dificultades para afrontar su futuro, los vecinos de esta localidad no dudan en aferrarse a sus tradiciones como seña de identidad. Entre sus fiestas más destacadas se encuentra ‘El Tafarrón’, una de las mascaradas de invierno con más arraigo en la provincia de Zamora. Su celebración tiene lugar el 27 de diciembre y en ella se diferencia claramente la parte religiosa de la profana, ya que es la figura del ‘Tafarrón’ la parte más ancestral y profana de la fiesta y la ‘Madama’ la parte sacra.
Aunque esta fiesta es muy conocida en la comarca, a la hora de promocionarla en otras zonas el Ayuntamiento se ha encontrado con dificultades. «No es fácil que los de fuera entiendan esta fiesta. De hecho, en la Europeade lo mostramos y no tuvo demasiada aceptación», se lamenta el alcalde de esta localidad, el socialista Jesús Andrés Tomás Pino. |