Un futuro lleno de incertidumbre
Quintanilla del Monte reclama industrias para conseguir frenar la despoblación
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
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Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, construida en el último tercio del siglo pasado.
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En Quintanilla del Monte se echan en falta industrias que pudieran conseguir el despegue de la zona. Con un censo municipal que no llega a los 150 habitantes y la mayor parte de su población envejecida, este municipio de Tierra de Campos no es demasiado optimista a la hora de plantear su futuro. De hecho, su alcalde, Timoteo Valdés Martín, no duda en reclamar más infraestructuras y negocios, «puesto que la poco industria que hay en la comarca se encuentra ubicada en Villalpando, a 5 kilómetros de esta localidad».
Con esta perspectiva, los vecinos en edad laboral de Quintanilla dedican sus esfuerzos al trabajo en el campo y a la ganadería, mientras lamentan la falta de nacimientos en un pueblo que ha sufrido, como muchos otros de Tierra de Campos, el azote del éxodo rural.
Esta situación afecta también a los servicios de los que disponen sus habitantes. Quintanilla del Monte no cuenta con establecimientos de hostelería, ni tampoco comerciales, por lo que sus vecinos de la localidad adquieren los alimentos de primera necesidad gracias a los puestos de venta ambulante, que se acercan por el municipio varias veces por semana.
No hay colegio
El pueblo tampoco dispone de colegio público y los pocos niños que todavía viven en él se trasladan a diario, en los autobuses de transporte escolar, hasta el municipio de Villalpando, donde se encuentra centralizado este servicio.
Parecida situación vive el ámbito sanitario, donde la reciente reestructuración sanitaria ha dejado este servicio reducido a dos días por semana. «Pensamos que el médico debería venir más a menudo, porque la gente de este pueblo ya es mayor y cada vez necesitan más cuidados y atención sanitaria», se lamenta el alcalde de Quintanilla del Monte.
Al menos en el ámbito de las comunicaciones la situación varía, ya que, tal y como explica el mandatario municipal, el pueblo cuenta con una salida hacia Villalpando que «se encuentra en buenas condiciones». Esta carretera es muy importante para la localidad, ya que es utilizada a diario por la mayor parte de sus vecinos.
Diferente es el estado de conservación que presenta la vía que une Quintanilla del Monte con la población de Villamayor de Campos, una carretera que, en realidad, es un camino rural embreado.
El Ayuntamiento de Quintanilla del Monte aportará dinero de sus propias arcas para subvencionar las obras de mejora de esta carretera, puesto que la Diputación provincial ha asegurado que ésta vía no es de su titularidad, según Timoteo Valdés Martín.
Pavimentación
El otro proyecto en el que el equipo de Gobierno municipal está haciendo mayor hincapié es en completar la pavimentación de las calles del pueblo, unos trabajos que serán subvencionados a través de los fondos de los planes provinciales que corresponden a esta localidad.
La localidad de Quintanilla del Monte se encuentra ubicada bajo el monte Raso, de las Urnías, y el monte de las Encinas, de aquí su apelativo.
Su edificio religioso más significativo es la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, construida en el último tercio del pasado siglo. Este templo vino a sustituir a otro mucho más antiguo, localizado junto a este de nueva planta, que fue destruido a causa de un incendio.
En su interior alberga un retablo mayor, que data del siglo XV, cuyas tablas contienen pinturas de la escuela española. En otros tiempos, la mitad de esta parroquia fue hospital. |