Más alternativas agrícolas
Villaferrueña engrosa la lista de pueblos de Los Valles que forman parte de la IGP de la alubia de la Bañeza
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
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Iglesia parroquial, construida en piedra. |
EL nombre de Villaferrueña procede del latín Ferum, debido a la veta de este metal que atraviesa la localidad y por la que las aguas subterráneas que afloran a la superficie son de color rojizo. No obstante, uno de los elementos geográficos que caracterizan a esta localidad es el río Eria, que pasa por este municipio, y que ha integrado a Villaferrueña en la mancomunidad de este mismo nombre. Un colectivo del que también forman parte otros pueblos de la zona.
Su escaso censo municipal, que a penas supera los 150 habitantes, ha convencido a las instituciones y a sus pobladores de que la supervivencia se encuentra en la colaboración y el asociacionismo de todo tipo. Así, Villaferrueña pasó este verano a engrosar la lista de las veinte localidades de la zona de Los Valles que forman parte del ámbito geográfico de la Identificación Geográfica Protegida de la alubia de La Bañeza-León.
Y es que la similitud de terrenos, y producción de las localidades del valle del Eria, poblaciones todas ellas muy próximas a las tierras leonesas, con las de la provincia limítrofe ha quedado demostrada en el estudio realizado por el Instituto Tecnológico Agrario de la Junta de Castilla y León y en los trámites seguidos para obtener la Identificación Geográfica Protegida para la alubia de La Bañeza.
Esta legumbre protegida se cultivará en parcelas de regadío o secano, las semillas procederán de cultivos libres de grasa y deberán llevar un tratamiento antigorgojo, todo ello bajo el control del Consejo Regulador. El almacenamiento lo podrán realizar tanto los agricultores como el resto de operadores, aunque todos ellos deben evitar siempre la mezcla de alubias de diferentes lotes.
La producción que se comercializará con la etiqueta IGP será la calificada con la denominación extra, tanto si se vende como legumbre seca o precocinada.
Toda esta situación ha creado una nueva alternativa económica para Villaferrueña, un pueblo que, al igual que muchas otras localidades de la comarca benaventana, sufre problemas de envejecimiento y despoblación. De hecho, la mayor parte de sus habitantes son ya jubilados, que disfrutan de sus pensiones, mientras otros se dedican a labores agrícolas y ganaderas.
Todas estas actividades tradicionales son las que están consiguiendo mantener a un pequeño pueblo donde el desarrollo del tejido comercial y hostelero es todavía una asignatura pendiente, ya que solo posee un pequeño bar, que a sus habitantes les sirve como lugar de ocio y charla.
Contra el fuego
Otra de las entidades a las que Villaferrueña se ha adherido recientemente es al Consorcio para la Gestión del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios de la provincia de Zamora, con la intención de luchar de forma más eficiente contra este grave problema. La decisión fue tomada en pleno por el Ayuntamiento de la localidad, cuyo alcalde ha declinado aportar información para la elaboración de este reportaje.
En cuanto a la vida cultural de esta localidad, sus actividades se centran en la celebración de sus fiestas patronales, que tienen dos fechas importantes. La primera, el 18 de junio con la conmemoración de San Marcos, mientras que la segunda tiene lugar bien avanzado el mes de agosto, sobre el día 26, fecha en la que se honra a Santa Teresa de Jornet.
En ambas celebraciones ocupa un papel destacado, como sede de actos litúrgicos, el templo parroquial de la localidad, una bello edificio construido en piedra y otros materiales nobles. |