Programa social
El Ayuntamiento de Santa María de la Vega proyecta la construcción de viviendas de protección y un comedor de mayores
Texto de M. García.
Un programa cargado de proyectos sociales es el que ha presentado el nuevo alcalde de Santa María de la Vega, José Luis Macías Valderrey. Entre los más destacados se encuentra la construcción de casas de protección social, para lo que solicitarán el apoyo económico de la Junta de Castilla y León, que ya está impulsando este tipo de viviendas en otros municipios.
«Vamos a estudiar a qué subvenciones podemos acogernos, para empezar a mover este proyecto a lo largo de este mandato», subraya el edil. De hecho, la construcción de pisos, que pueda favorecer el asentamiento de los jóvenes en la localidad, es una de las iniciativas más demandadas por los vecinos de Santa María de la Vega, que han visto cómo en los últimos años muchos han aprovechado la cercanía de Benavente y han trasladado su domicilio a esta localidad , «ya que muchos están empleados allí».
El Ayuntamiento de Santa María de la Vega ha anunciado también su intención de habilitar locales culturales y sociales, que sirvan como lugares de reunión, ocio y tiempo libre para los más jóvenes del pueblo. Estas infraestructuras se completarán con un frontón municipal, que ya está aprobado en la partida de planes provinciales de la Diputación, explica el alcalde.
El equipo de Gobierno municipal tampoco olvida, entre los objetivos que se ha marcado para este mandato, la creación de nuevos servicios para atender a la población mayor de Santa María de la Vega. Por esta razón, el Ayuntamiento pretende dar los pasos para construir un comedor social, «y ofrecer la posibilidad a los mayores de estar atendidos sin salir de su pueblo, lo que les evitará incómodos desplazamientos», indica José Luis Macías Valderrey.
Con este mismo objetivo, la institución local tiene previsto habilitar un tanatorio, un servicio del que hasta ahora carecen los vecinos de este pequeño pueblo de la comarca de Benavente y los Valles.
El actual censo municipal de Santa María de la Vega ronda los 450 habitantes y está compuesto, en su mayor parte, por jubilados. Las principales actividades económicas que se desarrollan en él están relacionadas con la explotación agrícola y ganadera, aunque también existe actividad industrial y comercial. De hecho, Santa María de la Vega cuenta con varios talleres mecánicos, cuatro establecimientos hosteleros, tiendas e alimentación, además de una panadería y una carnicería.
Es también uno de los pocos pueblos de la zona que aún dispone de colegio propio, con dos aulas de Infantil y Primaria, y de servicio médico todos los días de la semana.
La Asociación Cultural y Macovall colaboran en iniciativas locales
M. García / Zamora
La Asociación Cultural Los Cueveros de Santa María de la Vega está integrada en el grupo de acción local Macovall con el objetivo de colaborar en proyectos conjuntos para el pueblo. La presidenta del colectivo cultural, Ana María Fernández, explica que la línea de trabajo emprendida incluye actividades para «la recuperación del patrimonio histórico del pueblo, iniciativas para generar empleo y de apoyo a los emprendedores que decidan invertir en la zona».
De hecho, Macovall ya ha apoyado la iniciativa de un empresario que ha abierto una posada real en la localidad, animado por la riqueza natural y los atractivos turísticos con los que cuenta el pueblo, como son sus bodegas, esparcidas a lo largo de pequeñas colinas próximas al municipio.
La asociación también apoya las actividades organizadas por el propio Ayuntamiento de Santa María de la Vega. Este verano los niños del pueblo, de entre 3 y 12 años, participaron en un campamento infantil, en el que han podido disfrutar de talleres de manualidades y otras actividades de ocio y tiempo libre.
La asociación cultural se creó hace varias décadas y, tras una etapa de dificultades, se reactivó hace cerca de trece años. El inicio de esta nueva etapa se encuentra en la creación de un grupo de baile, que recibió el nombre de Nuestra Señora de La Asunción y que consiguió aunar a las mujeres del pueblo en torno a esta afición, que completaron con la creación de sus propios vestidos tradicionales.
Tras este primer momento, decidieron continuar trabajando en la organización de distintos cursos y actividades. En la actualidad el colectivo se encuentra «un poco parado, porque a pesar de tener estatutos y cuotas al día, es difícil implicar y animar a la gente a participar», apunta su presidenta.
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