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Figueruela de Arriba

Datos

Figueruela de ArribaSuperficie: 153 km2.
Distancia de la capital: 85 Km.
Cómo llegar: Se accede desde la carretera provincial ZA-912.
Comarca: En Aliste. Tiene como pedanías a Figueruela de Abajo, Flechas, Gallegos del Campo, Moldones, Riomanzanas y Villarino.
Actividades principales: Agricultura, ganadería y dispone de una empresa de maquinaria de construcción.
Servicios básicos: Ayuntamiento, consultorio médico, club de jubilados y pistas deportivas.
Lugares de interés: Los paisajes de la Sierra de la Culebra y la zona natural de Río Manzanas.
 

 

DESCRIPCIÓN

Figueruela de Arriba consta de una larga calle, y en el centro del pueblo destaca su irregular plaza adornada con un espectacular crucero, dotado de una voluminosa base de formas semejantes a un cono invertido. Encima aparece una columna estriada sobre la que se sujeta una cruz de hierro de formas caladas. Muy próxima a ella se encuentra la iglesia parroquial, de interior sencillo, y sobre la ventana de la instancia adosada existe un relieve de forma heráldica con sencillos motivos.

El municipio lo componen también otras seis localidades. Figueruela de Abajo, localidad escasamente poblada, rodeada de una abundante vegetación. A lo lejos solamente se puede divisar la espadaña de la iglesia, realizada en el siglo XVIII.

Flechas tiene su mayor atractivo en su paisaje, incrustada en los parajes más agrestes y frondosos de la Sierra de la Culebra. Como centro de culto cuenta con una pequeña iglesia.

Gallegos del Campo presenta a su iglesia como edificio más singular. En su interior cuenta con piezas de interés. Destaca el retablo mayor de estilo barroco, ornamentado con estípites y columnas salomónicas, y su Cristo del Perdón, una talla de gran envergadura de estilo románico-gótico. Entre las construcciones del pueblo se halla una estela ornamentada, con una rueda solar. Sirve de piedra decorativa colocada sobre el dintel de una portada. Cerca del término existen dos emplazamientos castreños, uno La Mazada y otro, El Castrico.

Moldones destaca por su iglesia parroquial, dotada de un prebistero cuadrado y una nave más baja. La espadaña es de tipo escalonado con pirámides en las esquinas. Cerca del río Manzanas se encuentra un emplazamiento castreño, conocido como Castrillo de los Moros.

Riomanzanas, una de las localidades más bellas de la zona, con el arroyo del Fontano, que parte el casco urbano por la mitad. De su iglesia destaca una esbelta espadaña, adornada con pilastras y flameros en las esquinas. (Album fotográfico de Riomanzanas)

Villarino de Manzanas, localidad de enorme riqueza paisajística. La iglesia interesa por la esbeltez de la espadaña barroca. En su interor, además del arco triunfal apuntado, tiene una transcendencia especial su retablo principal. Un enorme tríptico formado por una amplia hornacina central con la imagen de la Magdalena y dos cuerpos laterales ocupados por varios relieves evidentemente nobles.

 

FIESTAS

Santa Irene, el 20 de agosto, y el día de Todos los Santos. Celebran la romería de la Petisqueira, el segundo domingo de mayo.

Romerías
El día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, se celebra la fiesta del Tizón, que consiste en cortar un árbol, parte del cual se saca a subasta y el resto se quema en la plaza de la Iglesia. La hoguera se aprovecha para asar castañas, carnes y embutidos que comparte todo el pueblo.

En Figueruela también se celebra la mascarada de invierno, en este caso el carocho y la obisparra, el día de San Esteban. El carocho es el personaje principal, ataviado con un atuendo demoniaco con el que pretende asustar a los niños, mientras que el soldau (soldado), vestido con el uniforme tradicional de infantería, lleva consigo una mochila en la que introduce los donativos que recibe –es el amigo de los pequeños, a quienes acaricia–.

Otra pareja de personajes son el ciego y su criau. El primero va por las calles tambaleándose, sosteniéndose a duras penas en un 'cayato' y en su compañero de aventuras, cayéndose al suelo en numerosas ocasiones, rascándose la espalda en las paredes como si estuviera lleno de pulgas y piojos. Uno de sus cometidos principales es asustar a las mozas y a los niños, tirándoles el 'cayato' y haciendo el payaso bestialmente. Mientras tanto, el criau (criado) es el bueno de la pareja: viste un traje caqui parecido al del soldau, pero viejo, con una bisera, y una mochila para guardar los donativos que le dan.

En tercer lugar se encuentra la zarramangona o charramangona, un personaje gracioso y grotesco que, en realidad, es un mozo vestido de mujer con un pañuelo de fiesta atado con las puntas hacia arriba, jersey negro, mantilla vieja cruzando el pecho y sosteniendo a su espalda a su hijo (simulado con un muñeco de madera), sayas y mandil. Debajo de este lleva un 'bantal' grande o faldriquera para meter los donativos que le dan.

Finalmente, el bailador y la bailadora. El primero viste el traje típico de fiesta alistano –montera, jubón, camisa blanca, pantalón bombacho, fajín rojo, medias blancas y zapatos–. La bailadora luce el traje festivo de las alistanas –pañuelo de seda a la cabeza, blusa y mantón de manila, sayas rojas y mandil bordados, medias blancas y zapatos–. Ambos van acompañados por el gaitero y el portador de la vara de Santa Lucía.

La actuación de todos estos personajes se desarrolla en tres actos: en el primero, se produce una lucha ante la puerta de la iglesia. Por la mañana, los vecinos que han asistido a la misa, observan a su salida un carro. Sobre él se montan todas las mozas del pueblo, quienes, ayudadas por el carocho, el soldau y la zarramangona tratan de impedir que los mozos muevan el carro y lo levanten, cosa que siempre consiguen al final.

El segundo acto consiste en la procesión petitoria, en la que los personajes piden, puerta por puerta, por todas las casas del pueblo. La gente concede más donativo al personaje que conocen o les une algún vínculo familiar, o bien al que ha representado mejor su papel.

El tercer acto, el principal, es la obisparra. Al terminar la colecta, ya por la tarde, en la plaza del pueblo se organizan una serie de actos conocidos con ese nombre. La representación comienza cuando el soldau coloca a todos los niños del pueblo en dos filas paralelas bastante separadas. Estos, armados con una espada de madera o un palo, al mando del soldau desfilan marcando el paso hasta el final de la plaza. Cuando los niños se confiaban, aparece por su espalda el carocho, haciendo sonar ruidosamente sus cencerros, repartiendo pelotazos a diestro y siniestro. Los niños, conocedores de que les están observando, intentan defenderse de este demoniaco personaje.

Por otra parte, la pedanía de Villarino de Manzanas celebra una romería fronteriza y de hermanamiento con la localidad portuguesa de Petisquiera. Los vecinos de ambas localidades se reúnen, desde 1985, el segundo domingo de mayo para honrar a la Reina de los Cielos. Las imágenes de la Virgen portuguesa y española se encuentran sobre el pontón que salva el cauce del Río Manzanas, donde no existe templo alguno y donde los feligreses se concentran al aire libre.

Tras la misa, que se celebra en los dos idiomas, llega el momento de los bailes populares y las canciones.

 

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