Aldehuela del Codonal

Condicionado al nacer

Aldehuela del Codonal surgió como un pequeño pueblo y ahora apenas supera los cuarenta habitantes

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Desde el principio Aldehuela del Codonal nació condicionado a ser un pueblo pequeño. Ya en su nombre, Aldehuela, ponía de manifiesto sus dimensiones. Desde entonces poco y mucho ha cambiado. Si nunca fue un municipio grande, ahora mucho menos y el censo cada vez es más reducido. Poco más de cuarenta personas están empadronadas en la localidad, que logra mantenerse en esa cifra gracias a las altas de gente que un día salió de Aldehuela del Codonal y ahora se vuelve a registrar en su localidad natal. Y es que hace más de treinta años que no se registra la incorporación de un niño, por eso la llegada de una niña al padrón ha sido recibida con alegría.

Con tan solo media docena de personas en activo y el resto de la población ya jubilada, el panorama que presenta Aldehuela del Codonal es desolador. «Será difícil que se mantenga», lamenta el alcalde, Néstor Martín Sáez, que ve en la llegada de veraneantes la única vía para que las casas se mantengan en pie y no se convierta en un pueblo fantasma. Y es que durante los fines de semana la población se incrementa ligeramente, pero en verano se dispara. Muchas de las casas que ahora permanecen cerradas abren sus puertas y multiplican el número de habitantes hasta el medio millar. Aunque «ahora ya tampoco es como antes», lamenta Marcial, un vecino del pueblo. «Antes –añade– venían más en verano, estaban aquí julio, agosto y septiembre, pero ahora se van a la playa. Vienen para la fiesta, que es el 16 de agosto, para el 10 empiezan a caer y para el 20 de agosto empiezan a deslizarse poco a poco. Pero les gusta venir».

« Hemos sido criadero de España», bromea Marcial, que recuerda que a mediados del siglo pasado eran quinientos vecinos y como en la década de los sesenta la población comenzó a emigrar a las ciudades. Él se quedó en el pueblo y no cambia su tranquila vida por un lugar más entretenido. «Entiendo que vivimos bien. No tenemos necesidades. Vienen los pescaderos, carniceros... una vez a la semana y lo guardas en la nevera», declara conformista este vecino. «Mi hijo, que tiene 38 años es el último niño que nació y se registró. Dime tú a mi qué va a haber aquí. Demasiado que existimos. Nos atienden lo mejor posible».

Cultivo de vid

Ese éxodo al que Marcial escapó también ha significado el abandono de muchas tierras de cultivo. Esos preciados terrenos idóneos para el cultivo de la vid. Hectáreas de terrenos dedicados a la producción de la variedad verdejo, incluidos en la Denominación de Origen Rueda, que ahora apenas dan producción. «Ahora se ha plantado algo, pero la mitad es de gente de fuera y se ha perdido mucho, se mantiene menos de los que había», lamenta el regidor, que ve en la falta de mano de obra una de las causas de este cierto abandono.

Aún así, los viñedos siguen rodeando un pueblo de gran tradición vitivinícola. Algunas bodegas a la salida del pueblo son el testigo más visible de ese pasado. Ya en el interior de las casas, la mitad también cuenta con su bodega donde antes convertían en vino el fruto de su cosecha.
Las nuevas construcciones emplean modernos elementos de construcción, pero las viejas casas fueron levantadas con los materiales que la naturaleza les ofreció. Piedras y pizarras escrupulosamente colocadas en filas forman parte del paisaje urbano de Aldehuela del Codonal, al igual que del de otros pueblos de la zona, que todavía tiene calles sin pavimentar.

Iluminar el futuro

El Ayuntamiento de Aldehuela del Codonal cambiará el antiguado y deficiente alumbrado público

Isabel Jimeno.

Imagen de la plaza de Martín Muñoz de las Posadas, con su fuente en el centro. / Isabel Jimeno

Con un censo de 45 personas que no para de bajar y hace años el libro de registro no se abre para escribir el alta de un nacimiento, hacer frente a cualquier proyecto requiere un esfuerzo inversor que con el presupuesto municipal, siempre en base a los habitantes, es muy grande. Ahora el Ayuntamiento se enfrenta a un importante proyecto que requerirá la inversión de los Planes Provinciales de la Diputación de cuatro anualidades. Mejorar la deficiente iluminación del municipio lo merece.

Y es que las pequeñas bombillas que dan luz a las calles de este pequeño pueblo ya son demasiado viejas y a duras penas resisten el paso del tiempo y las modernidades introducidas en el sector. El alumbrado público no ha sufrido variaciones desde que se instaló hace ya cincuenta años y los fallos se suceden en unas calles que muchas veces se quedan a oscuras.

Pequeñas bombillas de 150 watios iluminan la vida de los pocos vecinos que a diario permanecen en este tranquilo pueblo. «¡Ya ni encontramos las bombillas! Nos las trae un electricista de Madrid por encargo», advierte el alcalde de Aldehuela del Codonal, Néstor Martín Sáez, ilusionado con la ejecución del importante proyecto, que ya está aprobado y comenzará a ejecutarse en breve.

Una intervención en todo el pueblo que acabará con los problemas de iluminación que sufre. Y es que cuando llueve y las pequeñas bombillas se mojan, se estropean. Aunque por fortuna para los vecinos no todas dejan de funcionar a la vez, lo cierto es que cada vez que el agua cae del cielo y los agricultores, principal sector que ocupa a los vecinos del municipio, la reciben con agrado, las bombillas dicen adiós. «Cada vez que llueve tenemos que renovar alguna bombilla porque como están calientes, al llover se mojan y se estropean», comenta el regidor.

Ahora con la nueva iluminación, Aldeanueva del Codonal mejorará la visión en sus calles y, aunque la inversión en el proyecto es cuantiosa, se ahorrará una importante cantidad de dinero en la renovación de las anticuadas y pequeñas bombillas, difíciles de encontrar en el moderno mercado.

Uvas del pasado y para el futuro

Aldehuela del Codonal, enclavada en la Denominación de Origen Rueda,l mantiene cepas de la viariedad verdejo como uno de sus principales cultivos

Isabel Jimeno.

Los abundantes cantos rodados, también conocidos como codones, que abundan en la zona e incluso forman parte de la denominación del pueblo dan lugar a un terreno propicio para el cultivo de la vid. De hecho, junto a la producción de cereales, las cepas son abundantes en las tierras de Aldehuela del Codonal, aunque lo cierto es que en los últimos años, su producción ha descendido a la par que la disminución de habitantes en este pequeño pueblo de menos de medio centenar de habitantes censados al que no se llega por casualidad. Solo una carretera accede a la localidad desde la vecina Aldeanueva del Codonal y se convierte en camino para llegar a Juarros de Voltoya.

El cultivo de vides viene de antiguo en este pueblo. Ya a mediados del siglo XIX era uno de los productos que sus gentes cultivaban como recoge Pascual Madoz en su ‘Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España’, una auténtica radiografía del panorama nacional de entonces.

Hoy en día, la producción se mantiene y la buena marcha experimentada por el sector vitivinícola ha hecho repuntar este cultivo en una localidad enclavada en la Denominación de Origen Rueda. Nuevas plantaciones de la variedad verdejo comparten el término con otras veteranas plantaciones.

Bodegas
Y esa ancestral producción de vino llevó aparejada la construcción de bodegas en las que cuidar los ricos caldos obtenidos con las uvas de sus vides. Aprovechando un pequeño alto, junto a una laguna, proliferan las bodegas excavadas en la tierra.

Pequeñas entradas de ladrillo y puertas de madera dan acceso a estas cavidades en las que aún hoy algunos vecinos continúan juntándose para elaborar sus vinos artesanales y compartir un rato de ocio como demuestran las reformas realizadas en algunas de estas pequeñas entradas que dan acceso a todo un paraíso del vino.

Entre luces y sombras

Aldehuela del Codonal trabaja en la renovación del antiguo y deficiente alumbrado público con la incertidumbre sobre el futuro del pueblo

Isabel Jimeno

Antiguas luces que iluminan el pueblo./ ISABEL JIMENO

Poco a poco. Muy despacio. Como manda la disponibilidad económica. Así se realizan los proyectos en Aldehuela del Codonal, donde el reducido número de vecinos, poco más de la treintena, marca las dimensiones del presupuesto. Sólo con los ingresos extra de las cortas del pinar «subsistimos», apunta la alcaldesa, María Concepción Martínez, quien lamenta que este año no ha sido bueno y no pueden disponer de esta otra importante fuente de recursos que son las piñas.

Las arcas municipales están muy tocadas y desde el Ayuntamiento, María Concepción Martínez ya medita que este año será necesario pedir la colaboración de vecinos y veraneantes para sufragar los costes de las fiestas de San Roque si continúan en las tradicionales fechas. Y es que con los escasos recursos de un municipio pequeño, Aldehuela del Codonal debe hacer frente a contratar la música el 15 y 16 de agosto, las jornadas más caras de todo el año. «Es cuando más cuesta y se te va el presupuesto», subraya la regidora, preocupada.

Con la colaboración de todos sería posible, pues en agosto, en torno a los días grandes de Aldehuela del Codonal, sus casas y calles se llenan de gente. La cifra de personas se multiplica y supera los quinientos. De hecho, la asociación cultural cuenta con cerca de medio millar de socios y durante el verano organiza múltiples actividades, desde excursiones a juegos o meriendas.

Es su forma de animar, aunque sólo sea por unos días, la vida en Aldehuela del Codonal, que a diario discurre con mucha tranquilidad, pues la mayoría de sus vecinos ya sobrepasan la barrera de los sesenta años y la más joven ya ha cumplido los 27. Un par de agricultores y ganaderos y otros trabajadores del campo que llegan de fuera laborean las tierras de cereales y vides de la Denominación de Origen Rueda. El resto, jubilados que los días que abre el teleclub tienen un centro de reunión, aunque sólo los fines de semana y los miércoles y jueves durante unas horas.

Así discurre la vida tranquila de Aldehuela del Codonal, interrumpida por el continuo trasiego de camiones hacia la vecina localidad de Juarros de Voltoya. Un continuo ir y venir que quien más lo nota es su iglesia. Con unos cimientos pequeños, cada vez que un vehículo pasa junto a ella resiente. Sus paredes se hunden y por las grietas «ya metes una mano». Ya hace tiempo, consolidaron la cabecera del templo metiendo hormigón y ahora el Ayuntamiento trata de recabar apoyo económico de la Junta y la Diputación para consolidar el monumento más importante del pueblo.

Es uno de los proyectos que obedecen a necesidades urgentes que presenta este pequeño pueblo como el arreglo del depósito, con continuas averías, y la pavimentación de las muchas calles que aún quedan de barro y arena entre el pequeño caserío. Y entre esas obras urgentes en las que otra vez la financiación exterior es imprescindible, la renovación del alumbrado público. Son unos cincuenta puntos de luz escasos pero el reducido presupuesto obliga a ejecutar la obra por fases. Hace ya dos años que comenzó a realizarse uno de los proyectos más ansiados en el municipio y aún quedan al menos otros dos para concluirle.

Y es que terminar la renovación de las luces de la calle supondría una inversión de 67.000 euros financiados en buena medida a través de los planes provinciales de la Diputación, pero el Ayuntamiento no tiene recursos para aportar su parte y debe dividir la ayuda en dos fases. Todo con tal de acabar con las carencias de iluminación en las calles de Aldehuela del Codonal, donde las nuevas farolas conviven con las viejas bombillas de una instalación con medio siglo de vida.

De 125 watios

Echar la vista a las paredes significa ver todavía antiguas bombillas de 125 watios difíciles de encontrar en el mercado. Ni siquiera llegan a ser farolas, las luces cuelgan sin protección y los días de lluvia son sinónimo de calles en penumbra. Las luces, además de por viejas, se estropean y algunas de sus calles se quedan a oscuras, y lo seguirán haciendo hasta que, por fin, Aldehuela del Codonal pueda poner las nuevas farolas que alumbren el incierto futuro de un pueblo sin niños y muchos mayores que viven con la pena de quedarse cada vez más solos.

Pequeño lugar

Aldehuela del Codonal lucha por mantener la población, que apenas supera los treinta habitantes

ELENA RUBIO ARAGONESES

Aldehuela del Codonal surgió hace siglos al abrigo de la prosperidad económica de la zona de Santa María la Real de Nieva y Arévalo, al estar situado en la carretera que unía estos dos núcleos. En la zona los vecinos cultivaban cereales, legumbres y se surtían de la leña procedente del monte cercano en el que se encuentran pinos piñoneros y resineros. Sin embargo, la falta de trabajo que hubo en la década de los sesenta hizo que muchos de sus vecinos tuvieran que emigrar a diferentes puntos de España en busca de un empleo. Un declive demográfico que después de cuarenta años sigue produciéndose porque cada vez el censo de la localidad es menor.

Pero las raíces no se olvidan y como ocurre en otros muchos pueblos de la provincia, el aumento de actividad llega en verano cuando muchos deciden pasar los meses estivales en este tranquilo pueblo. Y es que la población se multiplica casi por diez hasta llegar al medio millar de personas. A los hijos de Aldehuela del Codonal les gusta estar en las fiestas en honor a San Roque que se celebran el 16 de agosto. Durante ese día, realizan una misa en honor al santo, una procesión y se sortean los palos donde se transporta la imagen. Tampoco falta la dulzaina y el tamboril para que se bailen las jotas. Además, el pueblo cuenta con una Asociación Cultural que organiza juegos autóctonos como la petanca.

La otra festividad del pueblo se celebra el 28 de diciembre. Se trata de una fiesta recuperada hace unos años para disfrutar de un cocido. Antiguamente los jóvenes se disfrazaban con flores a la vez que pedían dinero para hacer una merienda. Al día siguiente se hacía una misa donde se bailaba uno de los bailes típicos de Segovia, 'La entradilla'.

Unas festividades religiosas que se realizan en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, un templo del siglo XVII situado en el centro del pueblo. Se trata de un modesto edificio realizado en ladrillo en el que destaca su portada de ingreso y su pequeña espadañuela. En su interior se puede admirar un retablo mayor barroco y un Cristo al que se le tiene mucha devoción en la zona. Al parecer, perteneció a una ermita que se situaba dentro del término municipal. Hoy en día, desaparecida.

Lo que sí se puede ver en Aldehuela del Codonal son los restos de un puente medieval en el conocido como Camino de Segovia. Presenta un estado ruinoso ya que ha perdido la parte superior. Por este motivo, los expertos no pueden precisar con exactitud la fecha de construcción, situándola entre los siglos XIV y XVIII.

Los restos se localizan en el sureste del municipio, en la vega del río Votoya. Allí se detectan los restos de cinco estribos de puente realizados en sillarejo de piedra caliza con los tajamares de forma triangular. Tres de ellos se ubican en la margen izquierda del río, otro sobre el cauce y el último en la ribera opuesta del cauce fluvial. A 250 metros del puente se hallan los restos de una canalización moderna.