Fresno de Cantespino

Recuperar la actividad industrial

El proyecto para construir un polígono y un campo de golf pretende asentar población en Fresno de Cantespino

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

La vieja caja metálica de caudales del Ayuntamiento, que un día guardaba los objetos más preciados bajo tres llaves que los claveros custodiaban, atesora ahora en su interior 21 de los 30 pergaminos que, en castellano antiguo, narran la historia de Fresno de Cantespino. Papeles que recorren los avatares de esta localidad desde el siglo XVI.

Mucho ha cambiado la vida y el aspecto del municipio desde entonces, al que hace unas décadas se agregaron las pedanías de Cascajares, Cincovillas, Gomeznarro, Pajares y Riahuelas, que se sumaron al barrio de Castiltierra, donde hace algo más de un milenio se celebró la batalla del Cristo del Corporario, en cuyo honor los vecinos de todo el municipio celebran una romería.

De su paisaje han desaparecido las ermitas que marcaban cada paraje y del castillo apenas quedan unas piedras en lo alto de un cerro con espectaculares vistas. Un glorioso pasado que el paso de los años ha ido arrebatando y ahora, adaptado a los nuevos tiempos, quieren recuperar.

«Había una cerámica grandísima, con treinta obreros, y cuando cerró, le pegó un palo tremendo a Fresno; pegó un bajón tremendo y no hemos conseguido traer más gente a vivir aquí», lamenta el alcalde, Rafael Fernández, que espera que la edificación de diez viviendas municipales y el proyecto para la construcción de un polígono industrial junto a la N-110, cuyo trazado cruza el término, salga adelante y ayude a revitalizar la localidad. «Creo que el sitio es ideal», apunta el regidor. «Entiendo que esta zona está un poquito verde, no está explotada en este sentido».

Un ambicioso proyecto con el que el Ayuntamiento quiere sentar las bases para fijar población vendiendo las parcelas a precio de coste. Una complicada tarea para Fresno de Cantespino, el pueblo más grande del municipio con 123 habitantes, y aún más para pedanías como Cincovillas, con un solo habitante, o Gomeznarro y Castiltierra, que pese a tener un exiguo censo no cuentan con moradores habituales en sus casas.

Esta escasez de gente supone grandes dificultades para afrontar los proyectos municipales, que deben llevarse a cabo a paso lento. Tan solo hace seis años que el agua corriente llegó a las viviendas en Gomeznarro y Cincovillas, los más pequeños, y el asfaltado de muchas calles es todavía un asignatura pendiente, que se ha pospuesto hasta tener cubiertos otros servicios básicos como el abastecimiento y el alumbrado.

Cinco mil en verano

Sin embargo, en verano ese aspecto casi fantasmal de algunas localidades desaparece y la afluencia de gente se dispara en todo el municipio hasta las cinco mil personas, gracias en buena parte a la urbanización Prado Pinilla, que comenzó a levantarse hace una década y ya cuenta con quinientos chalés construidos en setecientas parcelas. Aunque la presencia de los veraneantes apenas se nota en el pueblo, las fiestas del Santo Cristo de la Cerca, el segundo fin de semana de septiembre en Fresno de Cantespino, con multitud de actividades, sobre todo infantiles –entre ellas destaca el encierro infantil– suponen un gran aliciente para atraer a los veraneantes.

«Esta zona, aunque la gente no quiera, hay que lanzarla a vivir del turismo, de la gente de fines de semana y crear puestos de trabajo para servicio», apunta el regidor, que ve en su ubicación y entorno dos perfectos ingredientes para explotar este sector.

En esta dirección está encaminada la construcción de un campo de golf junto a la urbanización Prado Pinilla. Un lugar de ocio que además generará puestos que facilitarán el asentamiento de población.

Afinar la puntería

Fresno de Cantespino organiza un campeonato para recuperar la afición de jugar a los bolos

Isabel Jimeno.

Plaza e iglesia del pueblo mientras una banda de música actúa en el estrado de las fiestas. / El Norte

La competición ha comenzado. Afinan de nuevo la puntería. Y es que la tradición de jugar a los bolos, tanto hombres como mujeres, se ha recuperado en Fresno de Cantespino, uno de los pueblos segovianos en los que más arraigado estaba este deporte autóctono que durante unos años se dejó de practicar. Ahora quieren volver a relanzar su práctica y este fin de semana ha comenzado el campeonato que se prolongará durante los fines de semana de agosto para elegir a los mejores. Y quienes demuestren más puntería recibirán también como premio su participación en el Campeonato Nacional de Bolos que se celebrará en septiembre en Santander y en el que además habrá representantes segovianos de Abades y San Pedro de Gaíllos.

Junto a ellos, los fresnenses que durante este mes deberán mostrar su acierto con la bola y los bolos que sus antepasados ya practicaban con sus propias normas, las que también regirán ahora la competición.
El campeonato de bolos es solo una de las muchas actividades que durante el estío se suceden en Fresno de Cantespino promovidas tanto por el Ayuntamiento como por la asociación Conde de Candespina, fundada hace más de veinte años y que ahora cuenta con cerca de cuatrocientos socios. Creada para ayudar al Consistorio tomó el nombre del fundador de la localidad, el Conde de Candespino, y aún hoy sigue promoviendo muchas actividades.

Este año volverá a poner en marcha una de las actuaciones que impulsó desde su fundación: los campamentos para niños, que viajarán hasta un pueblo de Soria para pasar unos días diferentes. Y a mediados de agosto un gran paella volverá a reunir a todos los asociados en El Cubillo, la vieja fuente romana a la que antes acudían con cántaros a por agua que ha sido recuperada como un espacio de ocio con barbacoas, mesas, sillas y hasta columpios para los más pequeños.

Actuaciones teatrales, musicales y juegos se suceden durante estos días en Fresno de Cantespino como preludio de unos de los días grandes de la localidad, las fiestas en honor del Santo Cristo de la Cerca, el segundo fin de semana de septiembre.

El día de la lucha

Cuenta la leyenda que el Santo Cristo intercedió en la batalla del Corporario contra los árabes

Isabel Jimeno.

Dicen que en Fresno de Cantespino existió un castillo. Algunos vestigios encontrados en la parte más elevada del pueblo, próxima al caso urbano, lo prueban. Pero si hay un lugar donde se encontraron importantes restos de épocas pasadas, ese es Castiltierra. Lo que hoy es un lugar prácticamente deshabitado cuyos vecinos se cuentan con los dedos de la mano, antaño gozó de gran importancia.
De hecho, en Castiltierra se localiza la necrópolis visigoda del Corporario, una de las más importantes de esta época de España e incluso de Europa, donde se encontraron ricos ajuares funerarios, conservados en su mayor parte en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Un nombre muy importante para Castiltierra, que también dedica al Cristo del Corporario su ermita. Un viejo templo románico levantado en tiempos del medievo como lugar de culto.

De todos los pueblos

Y aún hoy, sigue siendo un punto de encuentro obligado para los fieles de todo el municipio. Si cada pueblo que integra Fresno de Cantespino tiene sus propias fiestas, en Castiltierra se juntan todos los fresnenses. Lo hacen a los veinte días de Pentecostés, para celebrar aquí la romería del Cristo del Corporario en torno a la ermita.

El mismo lugar en el que hace más de un milenio tuvo lugar una importante batalla. Fue el segundo día de Pentecostés del año 1002, en plena expulsión de los árabes de la península ibérica. Después de que los cristianos cayesen en un primer enfrentamiento y Sepúlveda quedas arrasada, la batalla en este lugar fue el preludio de la derrota de Calatañazor.

Cuenta la leyenda que el Santo Cristo intercedió para lograr la victoria en el conocido como Campo de las Espinas, en el ya despoblado del Corporario, de ahí la veneración que se le profesa a esta imagen en Fresno de Cantespino desde entonces. En el año 2002, una gran fiesta conmemoró el milenario de aquella batalla tan importante en la historia de España y, sobre todo, en la de este municipio del nordeste de la provincia de Segovia.

Y todos los años, esa devoción se demuestra con la romería que une a los vecinos de los siete núcleos que forman el municipio para celebrar la fiesta del Cristo del Corporario a los veinte días de Pentecostés.

Atraer nuevos pobladores

Fresno de Cantespino proyecta hacer un polígono industrial, una residencia y un campo de golf

ISABEL JIMENO | FRESNO DE CANTESPINO

Plaza de Fresno de Cantespino con la escalinata que sube a la iglesia de San Nicolás de Bari. / I. J.

Un polígono industrial junto a la N-110, una residencia de ancianos y un campo de golf. Son los tres grandes proyectos que trata de sacar adelante el Ayuntamiento de Fresno de Cantespino, a la vez que trabaja en otras obras como dotar de los servicios básicos a todos los núcleos que componen el municipio: Cascajares, Castiltierra, Cinco Villas, Gomeznarro, Pajares de Fresno y Riahuelas, pequeños núcleos, algunos de ellos habitualmente deshabitados, pero que ya cuentan con consultorio médico, agua corriente y alumbrado público. Asfaltar las calles todavía de arena de Gomeznarro y Cinco Villas figura entre las metas a alcanzar por el Consistorio, una vez que los problemas de abastecimiento se van solucionando.

El del polígono industrial es uno de los proyectos en los que tiene puesto más empeño el Ayuntamiento. Unas sesenta parcelas de aproximadamente mil metros cuadrados cada una junto a la carretera nacional con las que se trata de cubrir las necesidades existentes en la zona, pues, según el alcalde, Rafael Fernández, la demanda es grande. El diseño ya está y sólo falta la urbanización y sacar las parcelas a la venta para que el polígono tantos años perseguido se haga realidad.

Una iniciativa con la que el Consistorio, además, espera atraer más población. Y es que aunque en el cómputo global el padrón se ha incrementado en los últimos años, los anejos cada vez tienen menos habitantes y en Fresno de Cantespino «no todos los que están empadronados viven aquí», lamenta el regidor. «Con los puestos de trabajo, puede venir gente», comenta Rafael Fernández, quien apunta un futuro dirigido a otros sectores y cada vez menos dependiente de la tradicional ganadería.

Pendiente del informe de impacto ambiental, el campo de golf de 18 hoyos en los parajes de El Bardal y Campo Fraile, cerca de la urbanización Prado Pinilla, promovido por el Ayuntamiento junto con dos empresas encargadas de su construcción y explotación a cambio del pago de un canon, es otro de los proyectos que el alcalde confía repercuta en un incremento demográfico. «Creo que va a generar puestos de trabajo y traer mucha gente», comenta Fernández.

También como fuente de empleo y como servicio a la población está concebida la residencia de ancianos para la que el Ayuntamiento ya tiene el terreno, pero trata de encontrar una empresa privada que, «a través de algún tiempo de acuerdo» se encargue de su construcción y explotación.

Todo con el ansiado objetivo de casi todos los pueblos: fijar población. La meta se va consiguiendo poco a poco y otra de las medidas para lograrlo es la venta de parcelas municipales para construir viviendas y la remodelación de las casas municipales diseminadas por los siete núcleos para alquilarlas «porque hay demanda» y es una posibilidad de atraer más gente a Fresno de Cantespino y devolver la vida a unos anejos «casi vacíos».

Un pasado poderoso

Fresno de Cantespino conserva la casa de la Comunidad de Villa y Tierra, donde se reunía su Concejo

ELENA RUBIO ARAGONESES | FRESNO DE CANTESPINO

Vista general de la ermita del Santo Cristo de la Cerca. / E. RUBIO

Fresno de Cantespino es una de esas localidades de la provincia que posee una larga historia, donde se han librado batallas que han pasado a la historia por su trascendencia. Fue en el año 1111 cuando las huestes de Doña Urraca se enfrentaron contra las de su esposo Alfonso I, El Batallador, en la batalla de Candespina. Una lucha que proclamaría vencedor a éste último y gracias a lo cual se haría con el control del territorio.
Precisamente por aquel entonces Fresno de Cantespino pertenecía a Sepúlveda, según confirma Alfonso VI en los fueros de la Villa. Sin embargo, en el siglo XIII era un municipio independiente. Todo parece indicar que fue el rey Alfonso VII el que convirtió al Concejo de Fresno de Cantespino en cabeza de su propia Comunidad de Villa y Tierra en agradecimiento al apoyo recibido para subir al trono. Unos privilegios que fueron confirmados por diferentes reyes castellanos, entre ellos, Alfonso X El Sabio, y que no sólo daban a Fresno de Cantespino la independencia en la administración de su territorio sino también el uso y aprovechamiento de las sierras y montes de Sepúlveda. Este hecho fue el origen de una larga serie de pleitos con Sepúlveda y con Riaza, algunos de ellos prolongándose durante quinientos años, finalizando en el siglo XX.
De ese pasado poderoso hoy se puede contemplar en Fresno de Cantespino la Casa de la Comunidad de Villa y Tierra, que fue construida en un momento de esplendor económico. Albergaba la sala capitular donde se celebraban las reuniones del concejo, la cárcel, la escuela y un granero para almacenar las rentas que se cobraban en especie y que eran fiscalizadas por un depositario que era nombrado cada año entre los vecinos de cada uno de los pueblos, en riguroso turno.
El Concejo se ocupaba de la organización y financiación de la escuela, la cárcel y de la defensa de los derechos de sus habitantes. También contribuía a los gastos de los traslados de la Corte y a la construcción de puentes. Actualmente es el Centro social y sede de la Asociación Conde de Candespina. Cuenta con una sala-museo.

Dentro del puebloo hay otro monumento que pudo ser signo de poder jurídico. A la entrada del pueblo hoy se puede contemplar un crucero de piedra levantado sobre una grada de dos escalones. Tiene un pedestal con una inscripción muy perdida, sobre la que se dispone una columna con capitel muy sencillo. Este crucero es conocido como 'La picota' por lo que es posible que en este mismo lugar se levantase el rollo jurisdiccional de la Villa y que la grada que hoy se puede contemplar perteneciese a ella.

Fresno posee un importante patrimonio religioso en el que destaca la iglesia de San Nicolás de Bari, un templo de origen románico reformado en el siglo XVI y en el XVIII. Destaca su retablo mayor barroco, muy luminoso y de gran tamaño. En la parte alta del municipio se localiza la ermita del Santo Cristo de la Cerca, donde se cree que se alzaba el castillo y las murallas del pueblo. Su origen ha de remontarse a la capilla que existía en la fortaleza. De las otras pedanías del municipio destaca el ábside románico de la ermita de Corporario, en Castiltierra.

Y si después de descubrir todo este rico patrimonio alguien tiene hambre es recomendable degustar las codornices, famosas en toda la provincia.

Arrebatado por la historia

La localidad fue cabeza de arciprestazgo y de Comunidad de Villa y Tierra

M. R.

Plaza de Fresno de Cantespino con la iglesia de San Nicolás de Bari al fondo. :: M. R.

La importancia que tuvo Fresno de Cantespino hace siglos, y en especial durante la Edad Media, se ha ido perdiendo. El paso de los años ha arrebatado su posición a esta localidad, que fue cabeza de arciprestazgo y de Comunidad de Villa y Tierra en el medievo. De los 1.290 habitantes con los que contaba junto a sus pedanías en el año 1950, el tiempo le ha arrebatado un millar. Pero son muchos los restos que nos recuerdan la relevancia del municipio a lo largo de los años, gracias a los cuales se conoce un poco más el pasado de sus vecinos.

Los primeros son restos de origen visigodo, e incluso una necrópolis hallada en la pedanía de Castiltierra, donde se encontraron algunos objetos de gran valor que hoy reposan en el Museo Arqueológico Nacional, lo que convierten al lugar en uno de los más importantes de toda la geografía nacional.

Entre los vestigios, cabe destacar gran cantidad de tumbas con ajuar funerario, y eso que aún únicamente se ha estudiado una pequeña parte de la necrópolis. También en el municipio hay restos del paso del pueblo romano, gracias a los numerosos restos que hicieron determinar la existencia de un Castro Romano en los pagos del lugar. Además, en el término también encontramos una fuente de esa época, la denominada El Cubillo.

Uno de los principales capítulos de la historia de Fresno ocurrió en 1002. En el lugar hubo una batalla que fue preludio de la derrota de Calatañazor. Según los historiadores, esta lucha tuvo lugar en el Campo de las Espinas, en el paraje denominado El Corporario. La tradición atribuyó un gran protagonismo en este episodio al Santo Cristo y cuentan que se construyó la ermita en su honor que en la localidad se venera de forma especial.

También tras esta batalla se crea el condado de Campo de las Espinas o Candespina, que posteriormente dio nombre al municipio.

El conde de Candespina

Pero sin duda, gran parte de los acontecimientos históricos acaecidos lo hicieron en torno a la figura del conde de Candespina, Gómez González de Salvadores, cuya historia está rodeada de leyendas; si bien, lo cierto es que tuvo gran importancia en Castilla durante el reinado de Doña Urraca.

Cuando la soberana fue encerrada por su marido, Alfonso VI, Rey de Aragón, fue el conde de Candespina junto a otros nobles los encargados de su liberación. Cuenta la leyenda que Doña Urraca acudió a Fresno de Cantespino a refugiarse, en concreto al castillo condal. De hecho, aún pueden observarse los restos de una fortaleza medieval.

La historia cuenta la existencia de más batallas en el lugar de Campo de las Espinas, así como la constitución del término de Fresno de Cantespino, gracias al Rey Alfonso VII, quien además concedió a la localidad fuero propio y el título de villa. También firmó varios documentos en Fresno entre 1122 y 1136, lo que demuestra sus estancias por temporadas en el lugar.

La relevancia del municipio por entonces ya era manifiesta y se mantiene hasta el siglo XVIII, cuando comienza su declive, en parte por la separación de aldeas y la desaparición de poblaciones. La industrialización del campo a mediados del siglo pasado supuso otro duro golpe a la importancia en la historia del municipio.
Sin embargo, hoy en día, Fresno de Cantespino vuelve a respirar. Junto con varias pedanías añadidas, ve crecer lenta pero segura su población.

Además, el desarrollo de urbanizaciones en su término ha conseguido mayor número de vecinos, aunque en muchos de los casos las residencias se utilizan de forma periódica y vacacional.